domingo, 27 de diciembre de 2009

De ti para mi

'Hola Victoria, ¿cómo estás? yo estoy muy bien, ¿a qué has estado jugando? yo he estado viendo la tele. Si no hubieses sido mi amiga me aburriría en el colegio, catequesis y en el patio. ¿Viste cruz y raya? yo si, a lo mejor el domingo te llamo para jugar, bueno adios, te mando un dibujo de tu y yo en el patio del colegio'


Al colgar el teléfono sólo me sentía llena de algo, ese algo no era mas que seguridad, tu seguridad, aquella que puede ser transmitida por un cable y un aparato llamado teléfono, o con solo un abrazo en el momento justo porque solo tú y yo sabemos cuando lo necesita la otra mitad de esta unidad, hay veces que no tenemos ni que intercambiar palabras puesto que ya sabemos qué es lo que vamos a decir, cuál va a ser el consejo y cuál la contestación, y muchas veces ese intercambio es mental, curioso pero cierto. Te confiaré un secreto (uno más), cuando me siento sola, cuando me despierto sin encontrar sentido a cada cosa que veo, siento, digo y pienso me acuerdo de ti, de cada una de las conversaciones que teníamos mientras llegábamos tarde a clase, de todas y cada una de las cosas que me has dicho y me podrían servir para encontrar un norte, y ya que estamos también un sur, un este y un oeste.

Hoy he abierto la carpeta que llevaba años sin tocar, aquella que guardo en mi estantería y siempre pasa desapercibida, aunque solo sea por fuera, pues dentro esconde una sonrisa detrás de otra. Sin razón alguna le he quitado el polvo y la he abierto, quizá porque ya era hora o porque es domingo y los domingos son inexplicables de principio a fin. La cuestión es que solo con verla me ha llamado la atención, hoy, tú sabes que tenía que ser hoy. Cada uno de las cosas que se encontraban dentro me transportaban a otro mundo, era como poder tocar los recuerdos. Dicen que los recuerdos son abstractos, pues entonces he de sentirme afortunada puesto que yo los tengo materializados en hojas de papel.

No sé si te acordarás, pero el primer párrafo lo escribiste tú, fuiste autora, aunque no te lo creas lo fuiste, pues has conseguido emocionar a alguien con algo que plasmaste en un papel, y para una escritora no hay mayor logro que despertar algo en el lector.
Enhorabuena pequeñita por tus palabras y gracias por ser uno de los 'Todo' que forman mi vida.

Cuando veo mi reflejo en el agua, al lado está el tuyo.

viernes, 25 de diciembre de 2009

Pequeño diario de exploradora.

Desde pequeña siempre soñaba con viajar, me hipnotizaban los lugares más misteriosos que uno llega a imaginar, aquellos en los que no sabías qué es lo que ibas a encontrar, donde hasta la oscuridad parece bonita únicamente por ser diferente, donde el cielo es de acuarela y cada detalle, por minúsculo que sea, parece gigantesco.
Siempre, o como casi siempre, toda ilusión viene acompañada de algún miedo. Mi temor, irrevocable, causante de impotencia e invasor de soledad, no era otro que: Yo, la viajera, sin ti, el viajero. ¿Qué significa viajar sin poder mirar otros ojos que te muestren la ilusión que te enciende por dentro? alguien con quien probar los platos más suculentos al igual que atrevidos de una ciudad, alguien con quien tumbarte en la hierba y ver el amanecer, alguien con quien aburrirte de ver monumentos casas preciosas y palacios de princesa, alguien con quien andar hasta que notes que el corazón se sale por la boca, alguien, ya con nombre y apellidos.
Nos queda por atravesar los más frondosos bosques del Amazonas, comer los más apetitosos bichos en la India, pasear por los estanques chinos con o sin kimono, escuchar a Vetusta Morla mientras pisamos las calles de Copenhague como Coldplay cuando las tierras sean japonesas, morir de frío en Noruega al igual que de calor en Marrakesh, mojarnos bajo la lluvia de Munich, nos queda conocer el mundo aún, pero lo conoceremos. Y lo mejor de todo, es que lo conoceremos juntos.
Cuando tú quieras nos vamos.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Gris

Llevaba tanto tiempo sin pasarme, me acostaba viendo las estrellas dibujadas en el cielo, y me levantaba viendo la claridad del día, ese cielo azul que llena sólo con su azul celeste. La novedad, este giro de 360º, ya no hay ni cielo oscuro, ni estrellas, ni claridad, ni azul celeste, ni dibujos, hoy no hay nada.

Hoy el cielo es gris, sólo tengo que mirar hacia arriba y ver cómo es un cielo de ceniza, cómo llora sobre mi. Pequeñas descargas eléctricas me rodean, formando un círculo, estando yo en el centro, es un cielo eléctrico. Noto como las gotas, aquellas que no me dejan ver más allá de un par de metros, me mojan, se cuelan por cada uno de los hilos de mi ropa, hoy no hay chubasquero, somos la lluvia y yo. Yo, en medio de la tormenta y del tormento.

No es más que la lluvia de mi mente.